¿Sentís que en Argentina vivimos un deja vu? ¡Puede ser! Hoy quiero contarte una historia similar a la que nos toca enfrentar en el contexto socio-económico actual… ¡pero de hace 20 años!

A fines de la década del ‘90 empecé a construir complejos de dúplex en Puerto Madryn y los vendía con la misma modalidad que hoy ofrecemos los emprendimientos actuales: un porcentaje de ingreso y luego cuotas. De esa manera me era posible financiar otros proyectos paralelos e ir generando una espiral financiera de crecimiento de mi incipiente empresa constructora.

Llegamos a ofrecer muchas cuotas para que más inversores puedan sumarse, incluso teníamos la posibilidad de 180 cuotas (¡15 años de financiación!). Y esas cuotas eran fijas, porque estábamos en el 1 a 1 y los contratos se hacían en cuotas fijas en dólares o pesos que era igual.

Cuando el dólar se disparó abruptamente y llegó, en 2002, casi a los 4 pesos, el panorama se puso muy oscuro. Para colmo, apareció un decreto que convertía las deudas en dólares a pesos, y lo único que se podía aplicar era un coeficiente CER = 1,4. ¿Se acuerdan de esas épocas? ¡Nosotros también!

Es decir, el dólar había aumentado casi un 400% y solamente podíamos sumar a nuestras cuotas un 40%. Algo que era realmente insostenible, imposible.

Entonces se me ocurrió ir a plantear este problema de manera personalizada, como siempre me manejé en mi empresa, cara a cara con cada uno de mis clientes involucrados. Juntos comenzamos a buscar alguna solución que no perjudicara tanto a ninguno, un punto intermedio que fuera más justo para ambos. El resultado fue muy bueno, solamente 2 clientes no acordaron con nosotros, pero el resto sí entendió y pudimos reinventarnos para salir adelante.

Aquel episodio me impulsó adelante con una gran sensación de fortaleza, porque como les conté en la historia anterior, cada vez que enfrentamos una crisis, tomamos fuerzas de donde no creemos que teníamos y salimos adelante fortalecidos.

En este país los caminos de los precios y las regulaciones son impredecibles, muchos pierden mucho dinero pero hay otros que salen ganando, tanto es así que recuerdo también el caso de un amigo personal que, a fines de 2001, vino a averiguar por un dúplex que salía 60 mil dólares (o pesos, era lo mismo en ese momento). Pero no se animó a hacer la operación porque no quería meterse en tantas cuotas. Esa misma persona se volvió a contactar 6 meses después, y con sus 20 mil dólares de ahorro, que antes solo saldaban un tercio de la propiedad, pagó el dúplex completo.

Lógicamente no se podían aumentar los precios de las propiedades porque el mercado estaba paralizado. ¡Igual que está pasando este año! Era uno de esos momentos en el que el valor del m2 de construcción era muy bajo en dólares y los emprendimientos al pozo que siempre vendimos en pesos argentinos se hicieron muy accesibles para los que tenían algún ahorro en dólares.

Por eso es necesario que se asesoren con gente que sepa mucho del tema, que haya vivido experiencias anteriores en este contexto. Si en el año 2002 el $ se devalúo casi el 400%, ahora desde el 2018 fue de más del 700%, y a pesar de que subieron mucho los costos de la construcción, están muy lejos de ese % y existen muchas muy buenas oportunidades. Las inversiones inmobiliarias a largo plazo siempre terminan arrojando ganancia, porque en 10 años un inmueble de 100 seguramente valdrá mucho más de 100 (en dólares). Pero para eso hay que saber en qué momento entrar y en qué momento salir.

Estamos para asesorarte en este camino de incertidumbres.
Contá con nuestro equipo para aprovechar las posibilidades de cada circunstancia.