Llevar una vida más sustentable implica tener en cuenta varios factores. Con la pandemia, aprendimos a priorizar el contacto con la naturaleza y a “des-saturarnos” de tanta ciudad. Pero si vamos a abordar el tema de la sustentabilidad, tenemos que desarrollar una mirada 360.
Disfrutar del aire libre en lugares más seguros es el camino que hay que seguir, y para lograrlo, desde el sector de la construcción debemos comprometernos con el concepto de sostenibilidad en el sentido más amplio: esto implica definir tipos de proyecto, materiales y procedimientos involucrados, pero también pensar en la vida útil de lo construido.
Desde hace un tiempo se empezó a hablar del concepto de “sustentabilidad 360” y es algo que nosotros nos hace mucho sentido porque la idea de “360” implica que comprometernos con un recorrido circular, de manera que cuando retornemos al punto de partida hayamos logrado un aprendizaje que nos haga mejores en la “segunda vuelta”
Así es como hay que afrontar cada proyecto de construcción, pero también podríamos decir que así es como deberíamos tomarnos cada “capítulo” de nuestras vidas: aprovechar la experiencia, lo conocido y lo aprendido, para reducir errores en el futuro.
Somos nosotros y nuestro entorno los principales beneficiarios de este aprendizaje. Justamente uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos por las Naciones Unidas es el de “Ciudades y Comunidades Sostenibles” y señala que el mundo cada vez está más urbanizado. Desde 2007, más de la mitad de la población mundial vive en ciudades, y se espera que esa cifra aumente al 60% para 2030.
Si bien conocemos los beneficios de habitar en áreas urbanas, también es cierto que la pandemia nos enseñó mucho acerca de la importancia de “desconcentrar”, de buscar alternativas y de reconectar con nuestra esencia.
Creemos que los cambios se dan paulatinamente, pero sin pausa, por eso los invitamos a reflexionar juntos qué tipos de cambios en nuestras elecciones de todos los días estamos dispuestos hacer en pos de sumar calidad de vida.
¿Sabemos cómo son los procesos y qué materiales se usan en los productos y servicios que consumimos?, ¿podemos cambiar en algo nuestros hábitos de consumo?, ¿podemos elegir nuevos espacios donde desarrollar nuestra vida de una manera más “humanizada”?
Las posibilidades existen y evolucionan todo el tiempo: hoy vemos rascacielos de madera hechos de recursos renovables, bosques verticales en áreas urbanas, sustitución de materiales no renovables (plásticos, acero u hormigón) por materiales de base biológica renovables, y la transformación de infraestructuras grises por verdes. Estos son algunas de las ideas innovadoras que forman parte de la transición hacia el nuevo paradigma.
¿Suene utópico? Nosotros creemos que estamos en el inicio de un gran cambio.