Puerto Madryn acaba de cumplir 154 años y queremos homenajearla porque, además de ser la ciudad que nos vio crecer, hoy nos da la alegría de proyectar nuevos emprendimientos y acompañar a las personas que se acercan desde todas partes del mundo.

Para tener una idea del crecimiento de la zona, Madryn no superaba los 7000 habitantes en 1970 y hoy tiene más de 100.000, con un crecimiento sostenible de más del 3% anual, siendo una de las 3 ciudades que mayor incremento poblacional tuvo en el país durante los últimos 10 años. Esta impresionante multiplicación generó un reacomodamiento urbano y nos enfrentó a un importante déficit habitacional.

Si bien existen políticas públicas para acompañar la transformación de la ciudad y hacerla cada vez más sustentable y en diálogo con el medio ambiente, se necesitan proyectos privados que acompañen y canalicen todas las necesidades que surgen.

Para los que nunca vinieron, los atractivos naturales hacen de Madryn una ciudad ideal para vivir la naturaleza de cerca y también para desarrollar un estilo de vida sereno y seguro.

“Es una isla dentro de la provincia de Chubut, porque no depende demasiado de lo que pase en el Estado, tiene diversas fábricas, el puerto de aguas profundas y sus pesqueras, muelle de cruceros y un crecimiento del turismo extranjero muy notorio”, explica nuestro Director Walter Kobak y destaca que “Todo esto se nota en el crecimiento de los edificios residenciales y hoteleros. Se venden incluso a inversores de otras ciudades y provincias, porque entienden que estamos en un mercado con menores costos y mayor rentabilidad”.

El negocio es muy tentador y el costo de la construcción es menor que en Buenos Aires (alrededor de 1800 dólares el metro cuadrado en proyectos de categoría y cercanos al mar). Hoy todos sabemos que los alquileres tradicionales tienen poca rentabilidad, por eso en Madryn estamos desarrollando proyectos de distintas características y con perspectivas de crecimiento.

Estamos convencidos de que aportar ideas y organizarnos hará que Madryn siga atrayendo nuevas miradas pero conserve, al mismo tiempo, las características propias de una pequeña ciudad, donde todos los vecinos nos conocemos y el contacto con la belleza natural es lo que predomina. Esto es lo que hace que se generen vínculos más cercanos y la confianza necesaria para quienes vienen a invertir.