Si te pedimos que imagines cómo se vivirá en las ciudades de acá a 10 años, ¿qué te vendría en mente? Los escenarios de las películas de ciencia ficción vienen priorizando la inteligencia artificial como protagonista principal. Y por nuestros días se está hablando tanto del tema que las realidad parece superar a la ficción.
Las ciudades del mañana ya están comenzando a gestarse y te invitamos en este espacio a agudizar tu capacidad de observador atento para detectar qué cambios están surgiendo y son los que lograrán potenciarse. Por ejemplo, hablemos de seguridad, accesibilidad y calidad de vida.
Si bien la noción de confort fue cambiando con los años, ciertas necesidades básicas permanecen en el tiempo y las personas buscan que la evolución asegure esas premisas fundamentales para la vida.
Sin duda el cambio climático también es un factor que llegó para señalarnos una nueva responsabilidad a tener en cuenta, desde la construcción hasta todo el ciclo de vida de un inmueble. Por eso, con todos estos temas en mente, podemos empezar a imaginar aspectos del futuro que ya tienen su semilla en crecimiento desde hoy. Esto es lo que destaca un relevamiento reciente realizado por varias organizaciones internacionales:
- Electrificación total: se prevé que el uso de gas natural y petróleo disminuya. Es decir que se acelerará la construcción de edificios completamente eléctricos, algo que transformará profundamente los sistemas de climatización.
- Ciberseguridad integrada: el llamado Internet de las Cosas se está volviendo parte de nuestras vidas, al fusionar la tecnología operativa con las tecnologías de la información. Evolucionar esto significa transitar desde la TI hacia la TO (tecnología operativa), y esto hará que sea cada vez más importante contar con protocolos de seguridad para prevenir incidentes.
- Edificios sensibles: la inteligencia y dinámica de la tecnología puesta al servicio de las viviendas hacen que la información alimente constantemente el machine learning y nos permita crear soluciones y detectar oportunidades de mejora basadas en el análisis de datos en tiempo real. Esto podría generar cambios significativos inmediatos en, por ejemplo, el impacto energético y demás consumos.
- Resiliencia: La resiliencia define la fortaleza de nuestra vida ante situaciones de crisis, y en el caso de la construcción nos lleva a preguntarnos: ¿cuán preparados estamos a nivel infraestructuras para momentos críticos? Los hospitales, por ejemplo, ante cualquier corte de energía, y así otros tantos ejemplos que nos indican que la previsión es una variable que cada vez será más importante.
Estas cuatro tendencias nos enseñan que imaginar el futuro no es solo pensar en confort, sino priorizar la adaptabilidad a un nuevo orden de prioridades que llega de la mano de la construcción pero que atraviesa a muchos otros aspectos de la vida. Reducir el impacto de nuestras acciones, estar preparados para posibles crisis, robustecer la seguridad son y serán temas cada vez más presentes. Sigámonos informándonos para estar cada día más preparados. La información es poder, en el presente y en el futuro.